Muy bueno lo de... que los bancos y cajas están empezando a sacar los inmuebles que no se venden de sus inmobiliarias y los embargados a los hipotecados que no pudieron pagar, con gran despliegue de propaganda como si los regalasen. Uno va, mira y resulta que la mayor rebaja es de un veinte por ciento en propiedades con precios por encima de los 400.000 euros.
Al mismo tiempo las promotoras, con el mismo despliegue en los medios, nos dicen que los pisos y demás han bajado en el último año entre un siete y un nueve por ciento, lo que se anuncia como un gran descalabro y una enorme ventaja para los compradores. Y no pueden entender como no se los quitan de las manos.
Pues bien, todo forma parte de una falacia que, una vez más, nos quieren meter por los ojos, cuando, si se examina detenidamente, la realidad es bien distinta a como nos la quieren pintar.
Veamos primero el caso de los bancos y cajas que se están encontrando con una bolsa de propiedades no deseadas que, aparte de costarles dinero, no consiguen digerir. Estamos hablando de precios por encima de los sesenta y seis millones de las antiguas pesetas, que nos quieren rebajar en unos trece millones, lo que significaría que el precio a pagar superaría los cincuenta y tres millones, que son 320.000 euritos. Seamos serios señores banqueros, la gente ha aprendido, muchas veces a la fuerza, que la vivienda tiene que bajar mucho más, así que pongánse las pilas, ajusten para ganar menos, lo normal vamos!, y verán como los españoles se animan. Si no, sigan engrosando su cartera inmobiliaria.
Y el caso de las promotoras y constructoras es todavía más chulo, por decirlo de alguna manera. Después de haber estado unos cuantos años subiendo los precios por encima del catorce o quince por ciento anual, ahora nos vienen conque, primero no rebajan nada (todavía se anuncian pisos de sesenta metros a trescientos mil euros), y ahora se descuelgan con una rebaja ridícula si la comparamos con las alzas anteriores. Igual que los bancos, si quieren vender, hagánse a la idea para obtener beneficios normales, no como antes. Sólo así podrán seguir funcionando.
Y como punto final, tanto a unos como a otros, no les tenemos miedo. El país seguirá funcionando con sectores alternativos, así que hagan como el comercio en general y ajusten los precios de venta, porque la crisis es para todos y sólo juntos podremos capearla.
Amén
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