Muy bueno lo de... que el Tribunal Supremo, en arduas sesiones eso sí, ha dado la razón al Gobierno en el tema de la Educación para la Ciudadanía y sentencia que no se puede objetar el estudio de dicha asignatura. Pues bien, ahora los cachorritos de los peperos y los que proceden de la iglesia, que también los hay pero están más camuflados, van a tener que asistir a las clases, en idioma de uso corriente, para que les enseñen a comportarse civilizadamente y con respeto hacia los demás. Menudo peligro van a correr en las aulas oyendo tales cosas!. A lo mejor salen de allí sin insultar a los que no piensen como ellos; sin mentir para conseguir un beneficio; sin alzar la voz más de lo debido; sin faltar a los demás, etc., y ya se sabe que esas cosas, para una parte de la sociedad, son puritito veneno mortal... Además, muchos de ellos, van a tener que recibir asistencia sicológica para resolver el cacao mental resultado de la contradicción entre lo que les expliquen en el colegio y las enseñanzas y ejemplos que reciban en sus casas por parte de sus papás, mamás, abuelos, abuelas, tíos, tías y demás parentela adoctrinante y deformadora.
Pero claro, como siempre hay personas que, como no se lo enseñaron en su día, cambian sin ningún pudor las cosas de tal manera que son capaces de decir que el pronunciamiento favorable, se convierte en "un varapalo para el Gobierno". La verdad es que no se sabe si el valenciano es un elemento sin luces ningunas que no entiende nada, o bien tiene tal falta de vergüenza que cree que declaraciones tan absurdas y retorcidas van a tener algún efecto sobre los demás. Apañados vamos y que nos cojan confesados si el partido del que es uno de los dirigentes distinguidos, vuelve a gobernar en este país. Aquí puede venir al caso el famoso asunto de los votantes que son "tontos de los cojones"...
Pero los demás como si nada, que sigan ladrando, espiándose y peleando entre ellos, que cuando llegue el momento, si los votantes no son "tontos de los...", nunca se convertirán en alternativa de gobierno en este país, a Dios gracias, como se suele decir.
Amén
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